Daniel Santoro: estética, historia y política. por Raúl Santana

Vacío y plenitud justicialista.por Daniel Santoro

La mamá de Juanito y una leyenda del bosque justicialista.por Daniel Santoro

Juanito Laguna era peronista. por Fabián Lebenglik

La ciudad justicialista. por Alberto Petrina

La lejana patria de la felicidad. por Norberto Griffa

La cuestión racial. El peronismo como cosa de negros y el descamisado gigante. por Daniel Santoro

La utopía tecnológica. por Daniel Santoro

Proyecto Pulqui. OVJ objeto volador justicialista.por Daniel Santoro y Marcelo Céspedes

Proyecto Pulqui. Memoria descriptiva.por Daniel Santoro

De la ilusión y de ciertas utopías.por Marcelo Céspedes

La construcción de un momento.por Raimundo Fernández Mouján

El corto vuelo del Pulqui.por Emanuel Rodríguez

Gótico justicialista. Un ensayo escenográfico.
por Matilde Sánchez


Pintar por Perón.por María Moreno

Manual del niño peronista. por Raúl Santana

Gótico justicialista.
Un ensayo escenográfico

Matilde Sánchez
Zenitran es un superhéroe embarcado en la defensa del acceso al agua, el bien supremo de la humanidad en un siglo de monopolios. Su escenario es una Buenos Aires de urbanismo postperonista, donde sólo permanecen los emblemas del esplendor y una arquitectura de espacios públicos desvencijados. En verdad Zenitram es un invento argentino. Algunos baños todavía conservan esta marca en el tanque de los viejos mingitorios por goteo, patentada por un señor Martinez, quien bautizó el sistema con su apellido al revés. Nuestro héroe no descubre sus poderes hasta el final de su vida, cuando le son revelados en un retrete de Constitución. El cómic inedito del escritor e historietista Juan Sasturain, se convertirá en película a fines de este año, en una coproducción con España y Brasil que dirigirá Luis Barone.
Para la dirección de arte se convocó al pintor Daniel Santoro, conocido por una obra plástica que rompió con el tabú de uso estético que durante décadas blindó la iconografía peronista. Así, junto con Martín Oesterheld, nieto del autor de El Eternauta, Santoro tira por estos días los bocetos de una Buenos Aires retrofuturista fechada en 2050. El hecho revelador es que para los productores extranjeros cuyos preconceptos son inseparables de la Evita de Alan Parker y de la ópera de Lloyd Weber, Buenos Aires debiera ser por fuerza un parque temático de las dos primeras presidencias de Perón. Sucede que, al natural, la ciudad no tiene suficiente "verosimilitud". Como toda capital, no fue construida en un solo período de gobierno ni en un plan quinquenal. En las desopilantes maquetas de Santoro, las construcciones precarias de los cartoneros ya han avanzado sobre el Estado y se apoyan en las columnas clásicas de la Facultad de Ingeniería, sede histórica de la Fundación Eva Perón (FEP). La idea es lograr "un gótico tradojusticialista", dice el pintor, "asumiendo que el urbanismo peronista ya ha conocido su apogeo y está en decadencia".